martes, 19 de febrero de 2008

Derechos y humanos

En un acto que a muy pocos sorprende Alicia Kirchner se negó a brindar información sobre las actividades del ministerio que tiene a su cargo. Alego a su favor que aquellos que reciben los planes sociales podrían verse invadidos en su privacidad si esa información se diera a conocer. Humor ácido el de la ministra: a los beneficiaros de los planes poco les preocupa las investigaciones del Cippec.
La compra de voluntades en años electorales es casi tan vieja como nuestra joven democracia: desde el Coti enviando cajas PAN con formularios de afiliación a la UCR, pasando por las manzaneras de Duhalde, nuestra dirigencia vernácula siempre supo sacar provecho de quienes mas necesitan la ayuda del estado.
Mientras tanto, demostrando sus extraordinarias dotes de estadista, nuestra presidenta hizo gala de sus habilidades diplomáticas. Y nada menos que para defender la transparencia de un proceso electoral. Parece que el humor se ha esparcido por los palacios ministeriales.
De cualquier forma, no deberíamos preocuparnos por la diplomacia. Federico el Grande decía que "una diplomacia sin armas es como hacer música sin instrumentos". Son las consecuencias de dejar que las políticas de estado se guíen por viejos odios del pasado.
Somos tan derechos y humanos que no toleramos injusticias.
Sin embargo, las calles se llenan de chicos juntando cartones y monedas. Los colegios, el lugar donde deberían formarse las nuevas generaciones, se transforman en comedores. Es decir, ofrecen comida hoy a cambio del hambre de mañana.
Y la inflación (imaginaria) azota el bolsillo de los mas pobres.
Todos conocemos la mentira, pero callamos con siniestra hipocresía. En este país de corderos el tamaño del índice de precios parece representar la medida de nuestro coraje.

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