
Nos dijeron que iba a equilibrar la fuerza.
Nos dijeron...
tantas cosas nos dijeron.
El blog de la libertad y los fines de semana largos
Pd. ¿Y con este video piensan abrir el dialogo? Dios mio...
Tal como argumentaron las autoridades, los nuevos derechos limitan el rango sobre el cual pueden variar los precios, disminuyendo la volatilidad e incertidumbre sobre el ingreso futuro del productor. Simple eufemismo. En el siguiente grafico, similar al anterior, se presenta el precio recibido por el productor con las retenciones actuales y con las anteriores.
El resultado es claro: si el precio llegase a bajar, el productor recibe un precio muy similar al que percibía antes del cambio de sistema, pero si el precio sube…
En este sentido, la medida implica cortar la cola superior de la distribución de los beneficios para el productor. Esto no puede ser considerado en si mismo un efecto nocivo de la medida… ¿O si?
En el país existen cientos de regiones, en cada región existen distintos campos, en cada campo hay diferentes potreros y en cada potrero… en fin, las funciones de producción, con sus propios costos fijos y variables, se multiplican al infinito. Un ejemplo (solo un ejemplo) de esta diversidad puede verse en el siguiente grafico, donde se presentan los rindes promedios de trigo por partido para la provincia de Buenos Aires en el periodo 2000-2006.
Una medida que controla el mercado sin considerar realidades heterogéneas debe, necesariamente, perjudicar a los mas débiles. ¿Puede el gobierno afirmar que la medida no elimina la rentabilidad en las zonas inframarginales? Y con un precio fijo ¿Puede asegurar que durante los próximos cuatro años no lo hará?
La respuesta no puede ser única. Por otra parte, el sistema de arrendamientos divide las posibles ganancias en dos partes, pero si la siembra deja de ser negocio para el arrendatario la producción no se realiza. Un ejercicio interesante resulta de analizar la ganancia en dólares por hectárea para un precio dado y para distintos valores de costo de producción y arrendamiento luego de pagar el impuesto a las ganancias (35% para sociedades). En el siguiente cuadro se presenta tal ejercicio para la producción de soja, donde el eje vertical mide distintos costos de implantación en dólares y el horizontal el porcentaje del rinde que el productor debe pagar en arrendamiento (también podría haberse expresado en toneladas por hectáreas).
La moraleja que deja el ejercicio es doble: no podemos saber cuanto es el costo de producción, mucho menos podemos saber cual es la ganancia, aunque seguro no es idéntica para todos. La imagen que tengo en mi mente cuando las autoridades hablan de ganancia promedio es la siguiente: imaginen una habitación donde se pone en fila a un grupo de personas desde Arnold (el de Blanco y Negro) hasta Shaquille O’neal. Ahora la habitación se llena con agua hasta la mitad. En ese mismo momento un funcionario anuncia que quienes están en aquella habitación están, en promedio, vivos. Aunque, por supuesto, Arnold tiene un metro de agua por sobre su cabeza.
La segunda característica de la medida es la de beneficiar la producción de trigo y maíz a través de una disminución de la alícuota en términos comparados con la soja. ¿Cumplirá su objetivo? Hay al menos dos razones para relativizar su impacto. En primer lugar, las zonas donde la soja ha avanzado con mas fuerza poseen incompatibilidades técnicas para modificar el cultivo. Es decir: no se puede sembrar maíz en las zonas del Chaco donde hoy se siembra soja. En general, el maíz se siembra en zonas de alto rendimiento.
El caso del trigo es distinto. En primer lugar, es un cultivo de alto riesgo (piedra, humedad…). Una medida de este riesgo puede representarse a través de la volatilidad relativa del rinde (desvío ponderado por media). El valor de la misma para los partidos de la provincia de Buenos Aires para el periodo mencionado muestra claramente este fenómeno:
Esto significa que mientras el Maíz posee una variabilidad promedio de 13% alrededor de su media, la del trigo es del 27%. Mayor riesgo y menores proyecciones de precio parecen una mala combinación de incentivos. Cabe destacar que los números del trigo no son alentadores desde antes de las nuevas retenciones y este tipo de medidas parecen responder poco en cuanto al rendimiento (empeorar la producción de soja no mejora la producción de trigo, solo hace que ambos sean igual de malos).
Conclusión: hay razones de orden técnico para no ser demasiado optimistas respecto de la siembra de maíz y el trigo es riesgoso y poco rentable.
A modo de cierre, las nuevas retenciones tienen como objetivo controlar el precio interno de los granos con el fin de estabilizar el costo de vida a través de dos mecanismos. En primer lugar controla el precio. En segundo lugar controla los incentivos, con el intento de reducir la producción de soja y motivar el cultivo de otros granos que impactan de manera directa en el costo de vida.
No es claro que la medida alcance el segundo de estos objetivos, mientras que existe el riesgo de que el primero dañe gravemente los volúmenes producidos al eliminar con el paso del tiempo a los productores inframarginales. El hecho es no menor, si se considera que la recaudación por retenciones determina una parte importante del resultado fiscal. Pero eso es otra historia.